El marketing relacional son estrategias y acciones que mejoran la comunicación entre los potenciales clientes para guiarlos a través del proceso de compra y con los clientes actuales para continuar fomentando la fidelidad a lo largo de todo su ciclo de vida.
¿Por qué es recomendable? Porque una buena relación puede ser el factor faltante a la hora de decidir una compra. Una respuesta a tiempo, una duda resuelta, un comentario respondido, son pequeñas acciones que pueden asegurarnos una venta. También, porque de esta forma fidelizamos a nuestros clientes existentes, y ya sabemos que un cliente “viejo” es más barato que un cliente nuevo.
¿Cómo podemos aplicar el marketing relacional? En primer lugar, siempre teniendo en cuenta que estamos hablando con personas. Es importante que nuestros clientes sientan que son tenidos en cuenta, valorados y que no son solamente un número o un avatar impersonal. Atrás de cada cliente, hay una persona con su historia, con su contexto y con sus necesidades, por lo que es fundamental tratar de personalizar todo lo máximo que se pueda.
Esto implica que hay que saber qué tipo de canales eligen para ponerse en contacto, qué comportamiento de compra tienen, cómo hablan. Para saber esto, debemos crear nuestro “cliente ideal”, esta persona que reúne las características de nuestros clientes y que nos va a ayudar a bajar a la realidad la comunicación.
Si sos habitué de NSPVL te vas a dar cuenta que este es el tipo de marketing que nosotros preferimos porque sabemos que, en el contexto actual, en el que el consumidor se encuentra frente a miles de opciones para una sola compra, somos partidarios de tomar el camino “más difícil” y trabajar la relación con el cliente. Porque sabemos que, en menor o mayor tiempo, es altamente probable que nos compre y, sobre todo, que nos recomiende.