Muchas veces hablamos sobre cómo ayuda a un negocio la automatización, es decir, el reemplazar algún trabajo manual por algo programado. Hoy vamos a hablar sobre un recurso que nos puede aliviar un montón la carga (sobre todo si trabajas solo y te encargás de todo): las respuestas automáticas.
Una respuesta automática es una función que tienen algunas herramientas como plataformas de correo electrónico o redes sociales, que te permiten enviar respuestas sin que tengas que hacerlo de forma manual. También podés implementarlas a través de bots.
Estas funciones nos dan una mano cuando algún potencial cliente no escribe fuera del horario comercial o cuando tenemos un caudal de consultas muy alto al que no podemos atender de tiempo y forma.
Es importante que tengamos en cuenta, a la hora de armar nuestras respuestas automáticas, que la idea de esta función es que los usuarios tengan información importante a mano que vos no podes darle en el momento.
Por lo tanto, una gran forma de comenzar a armarlas es hacer un análisis de las preguntas que nos llegan por los diferentes medios de contacto que tenemos: el horario de atención, las formas de pago, métodos de envío, políticas de devolución, etc. Una vez que sepas cuáles son esos temas que siempre te consultan, podés empezar a programarlas.
No existe una fórmula mágica que garantice respuestas automáticas que sean el negocio. La gracia de este tipo de herramientas es que, aunque sea algo automático, vos puedas personalizarlas de tal forma que se ajuste a tu negocio, a tu forma de comunicar y a la forma en la que hablás con tus clientes. Es importante que siga la línea de comunicación que vos usás.
¿Esto reemplaza la respuesta de un “humano”? Claro que no, pero sí ayuda a que sea un poco más simple la gestión del contacto con los clientes, sobre todo en momentos en los que no podés responder, y mejora mucho la experiencia de compra del cliente.
¿Usan respuestas automáticas? ¿Cuándo las usan?