¿Qué es el storydoing?

Muchas veces hablamos sobre lo importante de usar el storytelling para conectar con nuestras audiencias. Pero hoy vamos a hablar de un concepto que un pasito más alla: el storydoing.

El storydoing es una estrategia que busca que la experiencia no se base solamente en escuchar una historia sino también ser parte. El consumidor deja de ser simplemente un espectador para ser un protagonista activo.

¿Cómo crear una campaña de storydoing? En primer lugar lo importante es tener una buena historia que contar, que invite a los consumidores a querer participar. Lo que debemos hacer es definir un objetivo (¿qué quiero que mi cliente se lleve de esta experiencia?). Debemos también tener en claro qué queremos provocar en nuestro público, para saber qué tipo de conexión debemos lograr. Y, algo fundamental, las cuestiones técnicas: como esperamos que el cliente se meta de lleno en la experiencia va a ser necesario que todas las cuestiones técnicas que formen parte de todo esto estén muy aceitadas.

Hoy en día, el storydoing se ha transformado en una de las herramientas por excelencia para lograr la diferenciación. Ante un bombardeo constante de publicidad, que con el tiempo empieza a mezclarse en la mente del consumidor, hacerlos parte de la experiencia va a hacer que tengan un mayor reconocimiento de la marca y de sus atributos porque no solamente lo ven sino que los experimentan.

Un ejemplo de storydoing que logró generar muchas experiencias positivas fue la campaña de Navidad de Coca Cola hace unos años en la que, mediante un código QR podías hacer una videollamada con Papá Noel. Especialmente pensada para chicos, la experiencia permitía elegir el nombre del niño y que la interacción con Papá Noel fuera tan personalizada que parecía real.

¿Por qué está bueno considerarlo? Porque es una herramienta que humaniza a la marca y fortalece la relación con sus clientes. Habla de sus valores, sus beneficios y de lo que es la marca no desde la teoría sino desde la práctica porque invita al cliente a vivirlo, dejando de lado el producto o el servicio y transformando al cliente en el protagonista.