¿Qué es el posicionamiento de producto?

El “posicionamiento de producto” es una estrategia publicitaria. Se basa en introducir un producto o servicio en un espacio audiovisual. Lo vemos en películas, series, programas de televisión, etc.

Existen dos tipos de posicionamiento de producto: el pasivo y el activo. El primero, se trata de la introducción de los productos en el escenario, encajando perfectamente en el contexto. Allí, los personajes no interactúan o hablan al respecto del producto pero sí se ve en forma de decoración o como parte de la escenografía.

En el caso del posicionamiento de producto activo, los personajes sí tienen una interacción con el producto o hablan del mismo. A su vez, este tipo se divide en dos subtipos: activo con mención que se da cuando los personajes nombran al producto y activo con alusión, cuando los personajes lo nombran y destacan las características positivas del producto.

¿Qué ventajas tiene este tipo de estrategias? En primer lugar, su capacidad de adaptación. Si bien es una estrategia vieja (surge en Estados Unidos alrededor del año 1930), se va adaptando a los nuevos formatos y a los nuevos contenidos. También, es una forma de conseguir un nivel de exposición masivo.

Es una forma de publicidad que no es invasiva y que, al formar parte del contexto de una forma armoniosa, se presenta de forma natural y no genera rechazo de parte de la persona que lo ve. También, es una excelente forma de mostrarle a los usuarios tanto su forma de uso como las características del producto y sus beneficios.

Para que esta estrategia funcione es necesario que esté muy bien pensada y ejecutada. Si la introducción del producto se hace de forma forzada, va a conseguir el efecto contrario. Es decir, que puede llegar a molestar a la persona que lo ve o si la presencia es demasiada e intrusiva, puede generar saturación y terminar en rechazo hacia el producto.