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Lecciones que aprendimos de Michael Scott

No es solamente un personaje gracioso en una comedia, sino que es un gran ejemplo de un gran líder. Sobre eso vamos a hablar hoy: qué nos enseñó Michael Scott en sus años como gerente regional de Dundler Mifflin.

No es solamente un personaje gracioso en una comedia, sino que es un gran ejemplo de un gran líder. Sobre eso vamos a hablar hoy: qué nos enseñó Michael Scott en sus años como gerente regional de Dundler Mifflin.

Una de las grandes lecciones que nos enseñó es la importancia de conocer a los clientes. Michael no veía a sus clientes como números solamente, sino que se proponía conocer sobre sus vidas para así poder conectar con ellos. De hecho, tiene un rolodex (¡Googlealo millennial!) con los datos de contacto de todos sus clientes con anotaciones especiales para saber sobre qué temas hablar y cuáles no. Esto era crucial en su técnica de ventas y le daba resultados: su sucursal era la que más ganancias tenía de toda la compañía.

Otra lección es: siempre apostá por tu equipo. SI bien es importante tenerlos en cuenta para ocasiones especiales (como cumpleaños, Navidad, etc.) también es necesario crear oportunidades para acompañarlos a crecer. Cuando Andy Bernard se suma a Dundler Mifflin, era el vendedor con el récord más bajo en ventas. En vez de dejarlo de lado, Michael lo acompañó a hacer algunas ventas para mostrarle su apoyo y para enseñarle. Y cuando dejó la empresa, le dejó su agenda con todos sus contactos para mostrarle el nivel de confianza que tenía en él.

Y tampoco se olvidó de crear oportunidades para darles el reconocimiento que se merecían. Para eso creó los Dundies, una especie de Oscars que entregaba a sus empleados en una ceremonia y que, aunque podían parecer tontos, ellos estaban contentos de recibir.

Finalmente, Michael nos enseña que la experiencia del cliente tiene que ser extraordinaria. Esto nos lo muestra no en Dunder Mifflin sino cuando crea su propia empresa, luego de renunciar a su puesto de gerente regional. Sabía que no podía competir demasiado contra sus antiguos jefes pero les dio pelea brindando un servicio totalmente personalizado y centrado en satisfacer las necesidades que tenían sus clientes.

The Office es una gran forma de aprender qué hacer y qué no cuando tenés un negocio, sobre todo en un mundo que cambia tan rápido.

No es solamente un personaje gracioso en una comedia, sino que es un gran ejemplo de un gran líder. Sobre eso vamos a hablar hoy: qué nos enseñó Michael Scott en sus años como gerente regional de Dundler Mifflin.

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