Hace aproximadamente 10 días, los seguidores de Billie Eilish se encontraron con que podían ver las historias de Mejores Amigos de la cantante. Obviamente, esto se comenzó a viralizar en redes, donde sus fans no entendían si se trataba de un error al encontrarse en esa lista.
¿Qué pasó? ¿Fue un error o había algo más atrás? Lo cierto es que esto fue una estrategia de marketing que eligió Billie para anunciar el lanzamiento de su nuevo disco, que sale en mayo.
Podría haber elegido canales de difusión más tradicionales como afiches en vía pública o publicidad en redes (no quiere decir que no vaya a hacerlo) pero decidió ir por una acción que se basa en su comunidad, que es orgánica y que se viralizó “de boca a boca”.
Al incluir a la totalidad de sus seguidores (120 millones de seguidores) de forma automática, Billie los hizo sentir especiales e hizo que sientan que iban a tener acceso a contenido exclusivo y personalizado.
De la misma forma, cuando se empezó a viralizar esto, muchas personas que no la seguían, comenzaron a seguirla para no perderse lo que estaba pasando, aún sin saber qué era lo que estaba pasando.
Esto es una respuesta a una estrategia FOMO de marketing, en la que las personas responden por miedo a quedarse afuera (de ahí su nombre: FOMO, fear of missing out).
Lo que busca este tipo de acciones es generar una necesidad ser parte de algo exclusivo y de no perderse cosas importantes. Se basa más en un marketing emocional que en un marketing racional (ese que apunta a compartir los beneficios de un producto o servicio) y trabaja con relaciones que hay entre los consumidores (en este caso los fans) y una marca (en este caso, Billie Eilish).
¿Qué opinan sobre este tipo de acciones? ¿Creen que estuvo bien que les haga creer que eran parte de algo tan exclusivo cuando en realidad era una acción de marketing?
